Santo Padre:
Enojesé, perdone y castige a los que le armaron el chiringuito en Milán, haga sentir que cuando dice que quiere una iglesia pobre para los pobres es más que un slogan, así sus palabras se coronarán en realidades.
Si esta fuera la línea elegida,
perdón-castigo, con la misma vara también
podría hacer sentir el rigor a los que, con retrógrado e inmisericorde proceder
siguen cerrando las puertas a los divorciados en nueva unión, por el simple
hecho de no vivir como hermanos.
Ya sabemos que no hay rosas sin
espinas, quizás nuestra utopía sea que todos sepan que tampoco hay espinas sin rosas.
Estimado Padre, haga algo
ejemplificador, sino el próximo
stand costará tanto como el total de la próxima
Expo, que se celebrará en 2017 en Astana, la capital de Kazajistán, donde no dude que allí también habrá divorciados en nueva unión que lo estarán esperando ansiosos quizás de recibir a Jesús Sacramentado en alguna misa que oficie y dar terminada la comunión espiritual, verdadera grieta entre pseudo católico de primera y los que nos tildan de segunda..
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